La economía española moderna se ha configurado gracias a tres revoluciones silenciosas. La primera en los años 60, donde políticas ortodoxas de los tecnócratas del Régimen y la división del mundo en dos bloques atrajo por primera vez la atención de inversión extranjera. La segunda se produjo en la segunda mitad de los años 80, alrededor de la entrada de España en el mercado común, gracias a ese hito y al diferencial de costes de mano de obra con respecto a otros países europeos. La tercera, a principios de este siglo, en medio del proceso de globalización, con la internacionalización ...