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KEPLER, 30 años liderando la innovación medioambiental y energética

Vanessa González,

Con casi tres décadas de trayectoria, KEPLER se ha consolidado como referente en ingeniería medioambiental y energías renovables.

Su impacto en más de 1.100 proyectos y su experiencia en sectores como el termosolar demuestran un compromiso constante con la sostenibilidad y la innovación tecnológica. En esta entrevista, exploramos los hitos, retos y aportaciones de KEPLER en un sector clave para el futuro energético y ambiental.

¿Quién es KEPLER?

KEPLER es una empresa pionera de ingeniería especializada en el sector medioambiental y de las energías renovables, con un papel clave en el desarrollo y evolución tecnológica, científica, social y legislativa del sector medioambiental en España en las últimas tres décadas.

En números, hemos participado en más de 1.100 proyectos medioambientales, estamos presentes en España, Marruecos y Portugal a través de 7 oficinas y de un equipo multidisciplinar de más de 50 profesionales y nuestros servicios se extienden a toda la cadena de valor: desde la Gestión Integral y Urgente de un Siniestro con daños al Medio Ambiente, la recuperación del suelo y el agua, y la inspección acreditada, hasta procesos de permitting y due diligence medioambiental.

¿Por qué y en qué consiste  el Grupo Termosolar de KEPLER?

En KEPLER, contamos con cuatro grupos de práctica sectoriales, entre los que se encuentra el Termosolar. En síntesis, está constituido por un equipo de consultores que están especializados y centralizan los proyectos y clientes de una determinada actividad.

En su momento, constituimos el Grupo Termosolar para canalizar, a través de un equipo estable, todo el conocimiento y know how de este sector, ya que observábamos que comparten un conjunto de características propias (contaminantes habituales, complejidades derivadas de la ubicación, estándares de calidad y seguridad, normativa…).

Esto nos permite conocer mejor las necesidades de nuestros clientes, ser más eficientes y poder atender con solvencia los asuntos más complejos. Por poner un ejemplo, conocemos el comportamiento del HTF en diferentes tipos de terreno, y los elementos principales que intervienen a la hora de actuar frente a siniestros en un parque termosolar (Pylon, colectoras, Balljoint, doble Balljoint, Cross Over, canales de aguas pluviales…), lo que nos permite actuar rápido, valorar mejor los riesgos y evaluar la decisión más adecuada, reduciendo significativamente los costes para el cliente.

Celebráis en 2025 los  30 años, ¿Qué hitos destacaríais en el sector termosolar?

Efectivamente, este año KEPLER celebra el 30 aniversario, de los cuales, más de 15 trabajando con el sector termosolar.

Destacaría, en general, nuestro carácter pionero y científico. Según nuestros datos, participamos en la primera intervención urgente en España por un vertido de HTF durante la puesta en marcha de una de las plantas y gestionamos el primer gran vertido de este contaminante en España.

También, confirmamos, por primera vez, la capacidad de la biorremediación para recuperar un acuífero contaminado por HTF y desarrollamos (y patentamos) nuestra propia planta de tratamiento de bifenilo y óxido de difenilo procedentes de aceites térmicos. Igualmente, fuimos los primeros a nivel nacional en recuperar suelos contaminados por HTF con técnicas microbiológicas On-Site. 

A nivel personal, este año cumplo la mayoría de edad en la empresa, 18 años. Me quedaría con la satisfacción de haber ayudado a nuestros clientes a finalizar con éxito diferentes tipos de siniestros medioambientales relacionados con este contaminante. También, de haber participado en los diferentes grupos de trabajo y jornadas técnicas que impulsaron algunas CCAA, como la Consejería de Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía para abordar la realidad de esta actividad.

 De acuerdo a vuestro  conocimiento y experiencia, ¿a qué retos se enfrenta el sector? 

Enfocando la respuesta desde el prisma de la consultoría medioambiental, más que un reto, vemos que existe una realidad: la mayoría de las plantas termosolares se encuentran en la segunda mitad de su vida útil, lo que conlleva un mayor desgaste de sus materiales. A priori, podría ser un riesgo, pero nos consta que los operadores están mucho mejor preparados que en sus inicios. Se ha mejorado en los procesos de mantenimiento y seguridad, así como en los procedimientos de intervención urgente y técnicas de descontaminación.

Por tanto, el reto quizás es seguir mejorando cuando el “listón” está ya muy alto.

¿En qué modo KEPLER  puede contribuir a la consecución de estos retos? 

Hay varias formas o vías. Me gustaría destacar dos: la prevención y la intervención urgente en caso de siniestro.

En primer lugar, considero que KEPLER puede ser un excelente compañero de viaje para mejorar las acciones de prevención. Aquí, participamos con nuestros clientes, integrando nuestro conocimiento y saber hacer con formaciones específicas, prácticas guiadas o simulacros a todo el personal de planta.

En segundo lugar, también trabajamos mano a mano con nuestros clientes. De producirse un accidente, actuamos de forma urgente a través de un sistema de guardias de nuestro equipo de intervención urgente. Ahora que entramos en periodo Navideño, los siniestros no entienden de vacaciones, por lo que es importante contar con esos equipos materiales y humanos listos para actuar los 365 días del año.

De esta forma, buscamos conseguir una intervención rápida para así minimizar el impacto a los suelos y las aguas del emplazamiento afectado y reducir significativamente los costes de remediación.

¿Qué normativa u  obligaciones medioambientales destacarías por sus implicaciones para este sector?  

El sector se encuentra muy profesionalizados y es difícil destacar una obligación que los propietarios y operadores desconozcan. Recuerdo todavía la novedad que supuso la responsabilidad “medioambiental” objetiva que incorporó a nuestro ordenamiento la Ley 26/2007 de Responsabilidad Medioambiental. Sin embargo, a día de hoy, está ampliamente asentada. 

Quizás, por ser relativamente novedoso, me gustaría destacar el Real Decreto 665/2023, de 18 de julio, por el que se modifica el Reglamento del Dominio Público Hidráulico. Ha sido la primera normativa estatal que ha fijado valores umbrales en aguas subterráneas.

No obstante, no existe un consenso a nivel nacional sobre las concentraciones admisibles en suelos y aguas subterráneas para los compuestos del aceite térmico HTF. Solo en Extremadura, se encuentran regulados las concentraciones máximas en suelos, y que han sido incorporadas en la Guía para la investigación de suelos potencialmente contaminados de Andalucía (DRSC-02). Sería, por tanto, conveniente una mayor claridad en este aspecto para garantizar una mayor seguridad jurídica de propietarios y operadores.

Entretanto, hacemos uso en el día a día del Real Decreto 9/2005. Este Reglamento nos ofrece el uso de una herramienta para evaluar los riesgos tanto para la salud humana como para los ecosistemas, mediante la elaboración de los Análisis Cuantitativos de Riesgos (ACR).

Para finalizar, y en  base a tu experiencia profesional, ¿qué líneas de investigación en nuevas  tecnologías y materiales consideras que pueden resultar claves para la  reducción de costes en la tecnología termosolar?

Conocemos las inversiones que nuestros clientes están realizando en sus plantas con el objetivo de minimizar el riesgo de vertido accidental de HTF y de otro tipo de productos químicos, como los aceites minerales procedentes de las centralitas hidráulicas en campo solar. Si bien es cierto que la probabilidad de riesgo cero no existe, el sector se encuentra ya muy profesionalizado y ha avanzado mucho desde sus inicios.

Tras un vertido accidental, la reducción de los costes de la remediación viene determinada por una intervención eficiente y la aplicación de las mejores técnicas de remediación de suelos y aguas.

Por ejemplo, existe cierto automatismo por gestionar, sin un análisis previo, el suelo contaminado a través de un vertedero, incluso, como residuo peligroso. Sin embargo, están muy desarrolladas técnicas para reducir tanto el coste como el impacto al medio ambiente a través, por ejemplo, de la excavación selectiva, la biorremediación, las plantas de tratamiento o la gestión como residuo no peligroso a través de operaciones de valorización de residuos.

En definitiva, una mala decisión durante la gestión de un siniestro produce un aumento exponencial de los costes de remediación. Por tanto, asegurar el acierto en la toma de decisiones en estos momentos resulta clave, en particular, ahora que se han incrementado las alternativas viables para gestionar este tipo de proyectos de remediación.

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